Entrevista al Dr. Antonio Arroyo. Especialista en Cirugía y Aparato Digestivo. Hospital Universitario de Elche
El Dr. Arroyo, experto en el uso de terapia fotodinámica intralesional I-PDT en fístulas anales, explica su experiencia con esta técnica en el Hospital Universitario de Elche.
¿Qué es una fístula compleja y donde reside la complejidad del tratamiento de esta patología?
La fístula de ano es una comunicación de dentro del ano con la piel exterior. La etiología de las fístulas anales no está aclarada definitivamente aunque se asume que se producen como consecuencia de una infección de las glándulas anales, siendo su prevalencia alta. Estas formaciones se localizan en el canal anal al nivel de la línea pectínea. Su orificio interno está al nivel de las criptas de Morgagni. Según esta hipótesis, la infección de estas glándulas por gérmenes entéricos da lugar a la formación de un absceso que se puede difundir a través de los distintos espacios del canal anal, dando lugar cuando son drenados o se abren espontáneamente, al orificio externo de las fístulas. El problema es que estas fístulas atraviesan los músculos del ano que utilizamos para la continencia fecal y cualquier actuación sobre ella puede tener problemas.
¿Qué incidencia tiene en la población?
La incidencia de la fístula anal es de alrededor de un 10/100.000. Es decir, afecta a 10 de cada 100.000 personas.
¿Cómo es la vida de las personas con esta patología?
Presentan una muy mala calidad de vida, con manchado de pus y heces diariamente en su ropa interior.
¿Cuál es el tratamiento convencional para las fístulas?
Las técnicas quirúrgicas clásicas –fistulectomía, con o sin colgajos, fistulotomía-esfinteroplastia y lazadas empleadas como medio de drenaje o de corte– “condenan” al paciente a tasas globales de incontinencia fecal de entre el 10 al 20%, con tasas de recidivas que van del 20 al 40%.
¿Y qué es la terapia fotodinámica láser?
La terapia fotodinámica (TF) es una modalidad terapéutica basada en la foto-oxidación de materiales biológicos inducida por un fotosensibilizante, que se localiza selectivamente en determinadas células inflamatorias o tejidos tumorales, de forma que al ser iluminadas con una luz de longitud de onda adecuada y en dosis suficiente, dichas células resultan destruidas.
¿Qué beneficios aporta la terapia fotodinámica láser I-PDT en el tratamiento de fístulas?
Esta terapia produce una destrucción selectiva del tejido inflamatorio fistuloso y provoca una curación sin daño de los tejidos circundantes, evitando así la incontinencia fecal descrita en la cirugía.
¿Qué ventajas ofrece al paciente la terapia fotodinámica láser?
Esta terapia es inocua, segura, reproducible y con esperanzadores resultados en la curación de esta patología.
¿Cómo se realiza el tratamiento con I-PDT?
Bajo anestesia raquídea, se procederá a localizar e inyectar en el trayecto fistuloso el fotosensibilizante 5-ALA. Posteriormente se aplicará, a través de una fibra óptica una la luz láser roja a 630 nm a través de una fibra óptica de 1 mm de espesor (con láser Multidiode™ 630 PDT de INTERmedic, España).
¿Qué efecto provoca el láser en el tejido?
El láser induce la destrucción del tejido fistuloso, conservando el sano.
El Hospital de Elche es uno de los primeros en los que se está utilizando esta tecnología para fístulas, en un estudio clínico. ¿Qué resultados se han obtenido hasta ahora?
En una experiencia preliminar de un proyecto piloto, realizada en la Unidad de Coloproctología del Hospital General Universitario de Elche con esta técnica, en 20 pacientes consecutivos diagnosticados de fístula anal compleja se ha observado una tasa de curación del 80%, con tasa de incontinencia del 0%.
¿Cuántas sesiones de tratamiento con I-PDT son necesarias para solucionar esta patología?
Hasta el momento sólo existe evidencia de una única sesión de tratamiento.
¿Hablamos de mejoría o de curación?
Estamos hablando de curación.
Y en cuanto a costes, ¿se trata de una terapia asequible, tanto para médicos como para pacientes?
Una terapia inocua, segura que cura un 80% de las fístulas sin las complicaciones de la cirugía clásica, como lo es la terapia I-PDT, no tiene precio.